sentirse bien

Hay días que sólo necesitas un buen abrazo, calentito y silencioso para sentirte bien. El hermano oso sabe mucho de esto.

cuento los días

Cuento los días para volverme a marchar. Acaban de llegar las lluvias y ya añoro la luz, con un verano que llegó tarde y a destiempo, sin apenas darme cuenta, el reino del musgo vuelve a ser de color gris. Espero que sea pronto el viaje, en sólo unos días, Mallorca me espera, tengo una lista gastronómica importante y quiero volver a disfrutar de los rincones descubiertos, del paisaje mediterráneo, ahora ya sin turistas. Mientras tanto cuido de mi jardín de invierno, con la colección de cactus de Ikea y las orquideas prestadas que pasarán una temporada en mi invernadero particular para devolverselos a su dueña la próxima primavera, ya floridas.

Son días de poner todo en orden y volver a poner todo patas para arriba, como suele ser mi vida. Es lo que tiene  la tarde con invitados especiales, pequeños ruidosos, amistades que seguramente duraran toda la vida.

Y mientras tanto pienso en volver pronto a París, oh là, là.

lo mas parecido

Cuando lo vi en el medio de la mesa, el sencillo adorno me hizo pensar en mi cerebro, que tras el esfuerzo por tener que dedicarme a escribir para el trabajo, debe ser bastante parecido a estas pequeñas piedras. Salvo estos pequeños momentos de disfrute, es algo  a lo que no me dedico. Sólo espero que el resultado, aunque que a mi me gusta y esta hecho con mucho cariño, luzca como la pequeña ramita de romero que se sostiene mucha con dignidad.

el verano infinito

Mientras no llega el invierno y disfrutamos de este verano infinito, la escapada perfecta, la de siempre y como todos los años nos espera. Esta vez hemos empezado antes, un viaje para disfrutar del sol, la playa y la buena compañía de una amiga que ya se ha vuelto portuguesa. Siempre vuelvo y nunca me canso, en mi otra vida debí de ser cantante de fados.

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Dificil decision, hacer caso a una recomendacion del tipo:no te puedes perder ...
A veces, como en este caso, tras una primera desilusion por el entorno y unos accesos realmente complicados conseguimos encontrar la magia al lugar de los sueños de Joan Miro.

la isla de la calma

Por muchas razones le llamaban la isla de la calma. Aquí quedan algunas.

en unas horas

En unas joras he pasado del reino del musgo al de la luz. Volver de forma casi inesperada y librarme por unos días de un inicio de otoño adelantado y poder alargar el verano ha sido una sorpresa inesperada. Me esperan unos dias de verano mediterraneo.