Al fin, una tregua que nos ha dado el tiempo y al fin saldremos al mundo. Tengo ganas de desayunar, comer y cenar en el campo. Que llegue pronto la primavera y disfrutar de ese dolce far niente, que tanto nos gusta. Ir a Bramcaamp, algún día hablaré de nuestro refugio de paz, en el que me siento bien. Tengo ganas de hacer pan, o pizza con la ayuda de Antonio en horno de leña y ver si ha sobrevivido algún tulipán a este húmedo y largo invierno. Tomarnos un té verde, el que te gusta, bajo el limonero y plantar al fin, el mandarino, que lleva todo el invierno en la maceta a la espera de que nos pongamos de acuerdo en el sitio adecuado. Bajar al mercado, discutir y charlar con las vendedoras y comprar peixinhos y tomarlos cocinados por ti, en la barbacoa, con patatas a murro y una larga sobremesa. Y reir... Antonio, Edimburgo ha sido perfecto, pero nos espera Portugal.
P.d. Has visto lo guapos que hemos salido en la foto?
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