Hay veces que el trabajo resulta un placer. En alguna ocasión ya he comentado que me gustan las joyas, pero no por su valor material, ni tengo un especial afán de posesión o de coleccionar.
Me gusta la joya como objeto artístico, realizada en cualquier material, tanto los clásicos materiales nobles, piedras preciosas o semipreciosas, pero he tenido la suerte de conocer artistas que trabajan en el diseño de joyas con materiales tan sorprendentes como el papel, la arcilla, el cuero, el caucho o el vidrio. Pequeños tesoros para poseer, lucir y disfrutar. Estos tesoros privados me llevaron a trabajar para una exposición y conocer un mundo desconocido y muy interesante, profundizar en las técnicas de ejecución hasta tal punto que me entraron ganas de iniciarme en el diseño de joyas. No he tenido tiempo para eso, pero si para conocer un poco mas ese arte del que somos una pequeña potencia.
Este fin de semana volveré a introducirme de nuevo en un taller y trabajar con una artista artesana para diseñar y crear algo hermoso. Tengo tantas ganas que mi cabeza no para de imaginar... espero que no me largue del taller por pesada. Soy feliz de imaginarlo.
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