miércoles, 22 de agosto de 2012

cuantas madrugadas tiene la noche




Hay noches que tienen varias madrugadas, en las que el sueño y el despertar juegan a las escondidas y van y vienen, dejandote una sensación de que se ha parado el tiempo, la noche es infinita y el descanso no tiene cabida. Son noches donde las ideas te asaltan sin buscarlas.
Mi hermano les llama a esto, tener una noche toledana, no se si en Toledo duermen así, pobrecitos míos si es algo típico de esa ciudad.
Pero hay razones que suavizan el malestar que queda en el cuerpo, el aturdimiento de cabeza y la busqueda para retrasar la última madrugada, para poder disfrutar de lo que queda de la noche, por la necesidad de un descanso hasta el momento no conseguido.
Si la razón es una noche de pesadillas infantiles, de nervios no calmados, por la intensidad de una jornada, o de varias, en las que la vida te abre horizontes, descubres nuevos mundos y vives nuevas experiencias, las madrugadas en las que buscan tu mano, para calmar esa ansiedad y compartir unos sueños no deseados o imposibles, o buscan el calor de tu cuerpo y la respiración cercana, que les hace volver a la profundidad de la noche, esas madrugadas son mágicas, y no hay sueño que las pague.



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