Cuatro días, nos han regalado cuatro días de descanso, un anticipo de las minivacaciones que comenzaran a partir del jueves próximo. El miercoles por la tarde, tras la fiesta familiar, alguien dijo, se acabó, tenemos que parar esta locura o el trabajo terminará con nosotros. El pequeño llevaba ya días preguntando por las vacaciones, pues en todo el verano no lo habiamos llevado ni un sólo día al mar.
Aquí estamos, como hace tres años cuando empezó este blog, en el mismo hotel y los tres de nuevo, disfrutando como hacía tiempo, haciendo las cosas que nos gustan a los tres, las cosas que nos unen y nos hacen felices, las pequeñas cosas importantes de la vida. Y aquí estamos.
Llevamos metidos en la piscina tanto tiempo, que creo que nos van a salir branquias; el pequeño al fin le ha perdido miedo al agua y el mar queda para los delfines y los turistas, ya que no quiere oir hablar de playa.
Hemos ido ya tres veces a la feria del libro y nos hemos comprado libros para sumergirnos en el portugués como si fuesemos nativos, he descubierto y he devorado Carta de uma desconhecida de Stefan Zweig, tras la cual me he enterado que hay una versión de Xu Jinglei, adaptando la novela para el cine, aunque en lugar de estar ambientada en Viena, eligió Pekín para contar esta historia tan amarga y dulce a la vez.
" Pretendo revelarte-te toda a minha vida e esta vida que apenas começou verdadeiramente no dia em que te conheci. Antes disso era simplesmente algo de turvo e confuso, no qual o meu recordar jamais mergulhou profundamente, uma qualquer cave repleta de coisas e pessoas cheias de pó, teias de aranha, bafientas, das quais o meu coraçao não quer saber mais. "
No hay comentarios:
Publicar un comentario