Ya no se me ocurre pensar en comprar fascículos para aprender alemán o macramé, ni se me ocurre comenzar clases de padel ni de golf, de cambiar hábitos y de llevar una vida mas ordenada. Ya he pasado por esto demasiadas veces y no he durado mas que un par de meses y en ocasiones ni pasaba del primer mes. Pero esta vez he decidido que me voy a cuidar un poquito mas, demasiadas horas de soffing, colacaos y superbock me están pasando factura y aunque tengo un cuerpo agradecido y aun deja ocultar los estragos, estas navidades he decidido poner freno a la caida en picado que se esta produciendo, la edad no perdona.
Llegó a mis manos una publicidad de un gimnasio, que aunque ya he pasado por varios, parecía diferente, y se me ocurrió comentar a dos personajes masculinos con los que comí el anuncio: un gimnasio sólo para mujeres. Os podeis imaginar lo que he tenido que aguantar, que si era para lesbianas, que cuidado con la monitora, que a saber que se hacía ahí dentro, en fin... una envidia cochina por poder ver lo que ahí se cuece. El caso es que aunque todavía dudo en mi constancia, sólo por fastidiar voy mañana a hacer una prueba, por si me gusta. Ya me imagino a los dos cuando se lo diga.
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