viernes, 27 de abril de 2012

curar heridas del pasado




Al fin volvemos a viajar, con maletas, amigos y kilómetros por delante, un viaje siempre es reparador en todos los sentidos, pero hay veces, como ahora, que se convierte en una necesidad, para descansar,  para curar heridas de guerra, las que sólo el tiempo consigue curar, y para eso estamos los amigos.
Yo me encargo de la músiquita, será variada, como los viajeros, pero el que no va a faltar... os lo dejo aquí para disfrutar.

lunes, 23 de abril de 2012

el regalo de boda







Creo que ya había comentado en algún post anterior que no me gustan las bodas, sin embargo, si en ocasiones acudo a tales eventos, no es por la alegría inabarcable que se respira, ni por la cantidad de metros de telas de fiesta que te envuelven alrededor, desconocidos a los que hablas de lo fantástico que está todo, docenas de flores, kilos de maquillajes, zapatos de tacones kilométricos, brindis por los novios, los padrinos o por la abuela, horas de espera a la puerta, en medio y a la salida, hasta llegar a casa exhausta y agradecida por la invitación y porque al fin puedes descalzarte y tirarte a dormir, no sin antes hacer el ancla, para no caerte del barco. 
Las razones por las que no suelo acudir, aunque todo lo anterior de algún modo influye, es que sólo me gusta celebrar una ceremonia tan intensa con la gente a la que aprecio de verdad, los amigos.
El principal problema al que tengo que  afrontar en una boda, es el regalo, como no entro en lo del número de cuenta, ni la lista de boda, ni el sobre a la salida, la dificultad radica en que quiero que el regalo sea especial, tiene que gustarme, pero sobre todo que le guste a los novios. Como es dificil coincidir en estas dos características, en la mayoría de las ocasiones, aun están esperando por el regalo, o ya no lo esperan y llega un par de años despues o nunca llega.
Este verano he estado en un boda, una boda especial, de amigos especiales en la que puedo reconocer que
me divertí y disfruté de las horas; con una mesa realmente interesante, entre un artista fotógrafo al que admiro, un amigo íntimo y el padre del novio, psicoanalista, con una interesante vida interior y exterior, además de mi especial marido, la boda transcurrió sin enterarme. Pero por supuesto, los novios se fueron de viaje sin saber nada de nuestro regalo y así hasta que el regalo nos encontró.
Tengo una amiga editora de libros, que me enseñó sin darse cuenta, el regalo perfecto, una obra que escondida en un rincón de su estudio y realizada en un material tan sutíl como la cartulina, parecia tener vida, ya que había recibido un soplo de magia que nos transportaba al mundo de los sueños.
No lo dudé, los amigos especiales tenían al fín un regalo especial: ELIZABETH de JACK MIRCALA abandonaba el mundo de los cuentos, para cobrar vida. Salida del libro SINIESTRAS AMADAS forma parte ya de la vida de Olaya y David. Creo que a veces merece la pena esperar, ellos así me lo han confirmado.



viernes, 20 de abril de 2012

un cajón lleno de recuerdos

Los recuerdos del pasado se amontonan en la memoria e irreversiblemente se van mezclando, diluyendo hasta quedar olvidados en ese cajón que todos tenemos en la memoria. 
A medida que pasa la vida y lo vamos llenando de todo tipo de momentos, éstos se acaban olvidando, incluso algunos que fueron importantes en nuestra vida; sin embargo a veces, la vida nos da sorpresas y el azar nos los pone de nuevo al alcance de la mano. Se presentan cercanos y lejanos a la vez, del parece que fue ayer, pasamos a esto lo debí vivir en algún momento de mi anterior vida. El pasado se vuelve presente y por momentos puedes volver a vivir las sensaciones y emociones que ya creias olvidadas, es una de las sorpresas de la vida. 
La aventura de revivir el pasado se lo debemos, en gran manera,  a las redes sociales que nos permiten recuperar recuerdos del gran baul de la memoria y gracias a ellas recuperamos amigos que creiamos olvidados. Como muchos en el planeta, he podido vivir la experiencia y trasladarme al pasado y  por unos momentos recordar mi adolescencia, en los hormigueos del primer amor.

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