jueves, 29 de agosto de 2013

ya no quiero ir


mama, ya no vamos a ir a Egipto. Ya no quiero ir.
Pero porqué?
Por todo ese lío que hay allí
Eso se arreglará, ya lo verás y podremos ir algún día sin problema
No. Ya no, porque Mursi está en la carcel y es el único que lo podía arreglar.

Me quedé perpleja, el poder de la información en un niño de cinco años y no tuve palabras para contestar algo coherente

domingo, 25 de agosto de 2013

lo que necesito


Ya lo he comentado alguna vez, pero siempre me repito en lo que me gusta. Los viajes te permiten conocer mundos nuevos y los libros, compañeros fieles van a donde los lleves. Los llenas de arena, de marcas de café, les pones un marcalibros nuevo, souvenir llegado de China aunque con aroma del país que visites, anotaciones, billetes de tranvía o de museo, en fín, recolectores de recuerdos. Y a la vez, su argumento te recordará siempre el lugar donde fue leido y así podras disfrutar como yo, de Grecia y su perfume de romero, en Estocolmo y entremezclar los paisajes encalados y las aguas cálidas con Gamla Stan, la zona antigua de esta preciosa capital, mientras te tomas una cerveza en Stortorget.
Algo de lo que me he dado cuenta ya hace tiempo pero que nunca comenté, es que  para mi hay lecturas de invierno, y lecturas de verano y vacaciones, supongo que el cerebro con el calor no tiene la misma capacidad de concentración y por lo menos, en mi caso se agrava si tengo que viajar en avión.
En el viaje anterior, se me ocurrió llevar Memorial del Convento, de Saramago. Pobrecito él y pobrecita yo, y mira que me gusta Saramago, pero mi claustrofobia aumentada por el poco espacio que me dejaba el compañero de fila del avión hizo que no pudiera pasar apenas de la primera página, ante el ataque de ansiedad que me estaba ocurriendo y me dediqué a estrangular el libro con las manos empapadas de miedo hasta que me lanzé al Bazaar, en versión viaje,  un plan B que siempre suelo llevar para luchar contra mis temores.
El segundo intento, ya en Portugal, hace unas semanas, fue un total fracaso. Con el calorazo  del verano, sólo se me ocurre a mi elegir a Lobo Antunes, O Archipielago da Insónia, y además en portugués, para morirse, y esta vez no iba en avión, pero es algo indescriptible su lectura en una tumbona de playa. Droga dura.

Esta vez lo pensé mejor y me dije, viaje de muchas horas de avión y otras tantas de tránsito, algo simple y alegre, sin personajes retorcidos y dobles sentidos a las palabras, facil de entender, previsible y reconfortante. Novelas que para los grandes lectores no pasan de libros de las estanterias de los aeropuertos y en ediciones baratas. Eso es lo que yo necesito. Y leer, leer sin parar mientras dure el viaje y me haga olvidar que vamos por el aire, con las puertas cerradas. Imaginar la Toscana, o Corfú, Capri en una villa palaciega o una pensión luminosa y un americano, italiano o griego fornido a tu lado en un café o una mañana brumosa en Escocia, viajando en caravana hacia unos lagos y tiempo por delante para soñar mientras viajo, que leo en una terraza en Estocolmo. Tan simple como esto es lo que necesito para descansar.

desde el cielo



mama, hoy soñé que veía la tierra desde el cielo- el pequeño al despertarse, esta mañana.

miércoles, 21 de agosto de 2013

durante el viaje



Musiquita para relajarse

una vez mas



Una vez mas tocó despedirse del viaje, para mi sorprendente, pues descubrí una ciudad donde perfectamente podría vivir, aunque ya se sabe, los que venimos de paises graníticos padecemos del mal de la morriña y  a pesar de lo imperfecto de nuestro mundo, lo podríamos echar mucho de menos.
Conocer el primer mundo cuando creemos vivir en él y darnos cuenta que nos llevan tanta ventaja que todavia no salimos de segunda división es duro, pero siempre nos quedará Marbella y la Costa del Sol para que se vengan a jubilar.Aquí estaremos esperando como decía Martinez Soria o quizás López Vazquez: que vienen las suecas.

sábado, 17 de agosto de 2013

viernes, 16 de agosto de 2013

la segunda oportunidad






Sin saberlo la he vuelto a encontrar y continua sorprendiendome. La visita al Moderna Museet me llevó de nuevo a Gaultier y volví a disfrutar con la magia de unos maniquís que cobraban vida y miraban a unos asombrados visitantes, esta vez iba con ventaja y estaba preparada para la sorpresa.

Aquí arriba






Al fin he vuelto a escribir y a viajar.  He venido por trabajo, un largo viaje a un país donde casi no se pone el sol. Un lugar que roza la perfección, quizas el idioma, demasiado rudo y dificil, por no decir la música, pues se han quedado en ABBA, por lo demás,  podría vivir aquí.
Dicen que lo inviernos son largos y oscuros, tendré que volver para comprobarlo. Mientras, a disfrutar del tiempo que nos deja el trabajo.

miércoles, 7 de agosto de 2013

a vueltas con el trabajo


Hay días que en el trabajo se producen situaciones que parecen increíbles. Como hoy, que viajé al país de turulandia  para encontrarme en el camarote de los Marx. Trabajar con políticos es lo que tiene. No hay palabras amigos.

domingo, 4 de agosto de 2013

escríbele una carta


Echo de menos cuando recibía cartas. A la alegría de su recepción había que añadirle la apertura y el comienzo de la lectura, con emoción e interés de unas letras que iban dedicadas a mi, en las que alguien había ocupado su tiempo en escribirme y solía esperar mi respuesta. Algo realmente bonito.
.

viernes, 2 de agosto de 2013

un mar de lenguas


Ni siquiera fueron quince días, demasiado poco, pero fueron dedicados con intensidad al descanso. Hacía años que no pasaba tantas horas seguidas en la playa bajo un toldo barraca portugués. Construir piscinas de agua de mar para los pitufos es mi especialidad, creo que voy a montar una empresa especializada (para quien quiera aprender, sólo hace falta un cubo lleno de agua de mar, enterrado al ras de la arena y poner un trampolín con un palo de madera, de esos que el océano abandona, y a disfrutar). De verdad que daban ganas de ser un juguete y dejarse tirar una y otra vez, formando parte de las historias de un niño. Compartir juegos con los niños de entorno, en un mar de lenguas diversas y reirse de las cosas pequeñas es un ejercicio reparador. A veces olvidas lo verdaderamente importante.

jueves, 1 de agosto de 2013

capítulo cero


Volver del aislamiento produce doble sensación, la pena de dejar el dolce far niente, y en este caso la frase lo dice todo, porque mas que nunca dediqué el tiempo al descanso físico y mental, pero tambien hay una sensación agradable de volver a la vida cotidiana, reencontrarme con los pequeños placeres diarios, entre los que se encuentra el volver a escribir en este blog.

Datos personales

Seguidores