Te he traido un regalo, tenemos que quedar, el mensaje que llegó a teléfono venía de nuestro amigo el pirata, tras sus vacaciones en Sicilia. Un viaje al que me hubiese gustado ir con él, pero las fechas no nos permitían coincidir.
Habiamos hablado varias veces del viaje y tras sus decisión de viajar con la mamma ( con quien si no), disfrutamos con las posibilidades que tenía de querer quedarse a vivir allí, o comprarse una casa junto al mar o echarse una novia, hija de pizzero, de una pequeña trattoria. Le prometí, que si se daba este caso, recibiría mi visita todos los años, para que no sintiera morriña.
La novia queda para otra ocasión, pero al vernos tras el mensaje telefónico, llegó el regalo desde una playa de Agrigento, tal como le había pedido. Recordé que antes de marchar le dije, traeme una piedra de la playa. Ahora forma parte de mi colección particular.
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