la novia cadaver

Se lo debíamos. Nuestra cita en Portugal este año tuvo que anularse en el último momento, por lo que la fiesta esperada no se celebró. El puente transcurrió tranquilo, sin novedad, pero ya con el último día del descanso, llegó la pregunta esperada: cuando es halloween?, callé unos segundos, halloween ya pasó, se me quedo mirando, como? y la fiesta?.

Tenía razón, le había prometido una fiesta como el año pasado, con los amigos de siempre y al ver su desilusión,  decidí que habría fiesta, así el día menos pensado tendríamos nuestro halloween particular.

Las sorpresas tienen el encanto de lo inesperado y la ilusión de encontrar a la salida del colegio la casa transformada en la vivienda de los Adams, le emocionó tanto, que en un arranque de imaginación me pidió: tienes tu  traje de novia? porqué no te lo pones?.

 En fin, la novia cadaver debía ser yo en esta historia, lo busqué en el fondo del armario,  me lo puse y me integré de tal forma en el teatro, que cuando llamó el pizzero a la puerta y fuimos a abrir, el pequeño vestido de diablillo y yo, con el traje de boda y unos cuernecillos rojos en la cabeza, pensé que iba a empezar a correr y no parar hasta perder el miedo, pero nada, ni se inmutó y los verdaderos sorprendidos fuimos nosotros. Halloween triunfó.