Un pequeño respiro tras unas horas intensas y agotadoras, son las ventajas que tienen los viajes relámpago de trabajo que te permiten disfrutar de pequeños pedazos de la ciudad te acoje. Madrid comenzaba a liberarse del largo y frío invierno y pude disfrutar por un rato de una primavera adelantada, sentirme una turista relajada y casi olvidar el motivo por el que viajé.
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