lunes, 10 de septiembre de 2012

ate já







Ya estamos de vuelta, ha estado genial, apenas unas horas porque no fueron ni días, pero todo resultó perfecto. Las ganas no faltaban y disfruté del viaje desde el primer minuto, con la disculpa del cumpleaños nos acercamos a Guimarães para celebrarlo con nuestra amiga y con el fin de desconectar por unas horas de nuestra vida cotidiana.
Me empeñé en dormir en la Pousada de Santa María da Oliveira, en el centro histórico, y a pesar de mi optimismo por abrir las ventanas y sentir la fiesta, oir las campanas y respirar la historia de esas piedras, el arcaico mobiliario, la antigüedad del baño y el espartano ambiente, nos hizo reir ( menos mal), por caer siempre en el encanto de lo decadente y alejarme de la modernidad. De nada sirvió mi comentario sobre las dos teles que teniamos, los metros cuadrados de suite y las fantásticas vistas, la realidad cayó por su propio peso, el hotel era muy cutre para nuestras espectativas....da igual ...nos esperaba un fantástico fin de semana portugués.
El cumple, sin embargo, resultó tal como esperabamos, estaba todo organizado a la perfección, y allí estabamos unos cuantos amigos españoles, portugueses que hablaban español, otros que hablaban portugués, un holandés que hablaba en inglés con acento portugués que casi nadie entendía, ya que sonaba a alemán.
Guimarães estaba radiante, terminando la capitalidad cultural y todo el mundo volcado en la celebración, lleno de espectáculos, exposiciones y eventos llenos de corazones por todas partes, una ciudad donde por todas partes nos recordaban que Aquí nasceu Portugal.
Beijinhos

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