Se ha vuelto a marchar, esta vez con mi segunda madre, la persona que me crió de niña y que siempre ha estado conmigo, la que quiero como mi madre y mi hijo como su abuela. Se ha ido a su pueblo, a las fiestas. Los llevé con la ilusión de los dos por disfrutar, para uno de su primera vez en unas fiestas de pueblo y para ella de llevar con orgullo al niño, a su familia de nacimiento, a su nieto del corazón. Los dejé a los dos en casa de una prima, descubriendo el nuevo territorio, mientras sus nuevos parientes lo miraban con el cariño del que ve por primera vez al que faltaba de la familia. Me vine con mezcla de pena por dejarlos y alegría por la suerte que tiene mi hijo, de poder disfrutar de algo que yo ya viví hace mas de treinta años.
Mientras no están los echaré de menos.
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