miércoles, 14 de noviembre de 2012

la fuerza de la vida




La visita de ayer la hacemos cada seis meses sin interrupción, y como cada vez, mi madre discreta como en todo lo que hace, me avisa el día anterior, con una frase en la que tengo que sobreleer la importancia del asunto: mañana por la mañana alrededor de las doce tienes algo importante que hacer? y yo como siempre, estúpida de mi, sin entender nada, para que? Que quieres que hagamos?, no se, creo que tengo una reunión; entonces nada; pero para que era? y despues de mucho insistir, dice en tono bajo, como para no darle importancia, es por si me puedes acompañar... como no la voy a acompañar, mi madre, la persona mas fuerte para con ella que conozco, pero que en el fondo es como una niña, que convive con el miedo en el cuerpo desde hace afortunadamente mas de veinte años, tiene consulta para los resultados de los análisis del cancer con el que convive y convivimos en silencio con ella desde que empezó.
La fuerza de la vida y la convivencia con sus miedos se aprende con el paso del tiempo, sobre este tema  durante muchos años yo no podía ni pensar, ni menos hablar ya que me tenía aterrorizada y era una pesadilla constante que volvía a mi, viendo una película, paseando por la calle o simplemente leyendo un artículo de un periodico.
Afortunadamente, y lo repito con una alegría enorme, hemos podido convivir con este miedo, sobrellevarlo y hacernos fuertes, pasar por tres caídas y recaídas, tratamientos, mucho sufrimiento y sobre todo mucha, mucha suerte, para hasta el momento, vencer la pelea.
Ir al hospital es duro, muy duro pero cuando ya eres veterana, como mi madre, la fuerza del tiempo te da una seguridad para lograr perderle ese miedo.
Sólo el que ha estado alli con alguien querido puede comprender el silencioso dolor que se siente, percibir el cariño con el que te tratan los profesionales a los que nunca le agradeceremos bastante el trabajo que desempeñan y notar en la mirada de los otros la solidaridad, sin saber muchas veces cual es el enfermo o cual es el que le acompaña.

Ayer, mientras esperabamos nuestra cita, me fijé en un poster que tienen en la sala, es una poesía de Benedetti, que no pude acabar de leer por la intensidad del momento, pero la dejo aquí, para que la podais disfrutar, como yo:
No te rindas, aun estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
Liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños,
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
Porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
Porque no hay heridas que no cure el tiempo,
Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,.
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa, ensayar el canto,
Bajar la guardia y extender las manos,
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos,
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frio queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños,
Porque cada dia es un comienzo,
Porque esta es la hora y el mejor momento,
Porque no estas sola,
Porque yo te quiero.

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