lunes, 3 de diciembre de 2012

con las pilas cargadas



Ayer ingresó mi padre en el hospital para cambiar las pilas al marcapasos, él, que siempre se rió hasta de su sombra, hace de una intervención necesaria para ayudar a su cansado corazón, un motivo de alegría considerando la llamada desde el hospital, un regalo de navidad adelantado.
El pequeño, al que le hemos hablado que al abuelo le van a cambiar las pilas, que están situadas cerca del corazón, le parece algo bastante normal, habituado a sus juguetes y a la necesidad de sustitución cuando se gastan. Como dice un amigo que ya pasa de los ochenta y tantos, cuando le pregunto que tal se encuentra de sus múltiples achaques: Ay, ya sabes que ahora uno no se muere de viejo, se muere de podrido. Broma de edad, pero que razón tiene.Suerte poder estrenar pilas por navidad.

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