miércoles, 20 de marzo de 2013

El harem


Salvando las distancias, me encuentro ahora así, practicando soffing. Hoy ha sido una dura una jornada de deporte en la que he tenido que decir a la monitora si pretende mandarme a las olimpiadas, de la tercera edad claro. Es curioso un gimnasio femenino, totalmente prohibido a los ojos de un hombre, tiene un cierto parecido a lo que yo creo que debe ser un harem, pero sin Sultam.
Lo que peor llevo es la música, que gusta a la mayoría, para mi un horror, sin quererlo acaba metiendose la bachata y los ritmos latinos en el cerebro, con esas letras tan profundas y variadas. Me recuerdan a las fiestas de los pueblos, a las que le tengo cierta simpatía y que en ocasiones, cuando era mas jovencita, me gustaba ir a echar un baile, en las noches de verano. Entre los toldos, los bafles, las luces de colores y los cubatas, bajo las estrellas y sonando el vals de las mariposas, te sentías en el cielo.


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