no te muevas, por favor, no te muevas

Con este título tan sugerente inicia una entrada en su blog un fotógrafo que conocí por mi trabajo y admiro. En ella, según nos cuenta, la frase se debe a Cecil Beaton, cuando en su trabajo lograba el instante oportuno y solicitaba, con esa súplica, una parada del tiempo para capturar el momento que sólo conseguiría al disparar.

El poder retratar la belleza inmediata,  la esencia de las imágenes cotidianas es una cualidad de muy pocos. Ovidio Aldegunde, con un nombre tan rotundo y poco común, como su obra, está detrás del objetivo de estas imágenes y posee a mi entender esta capacidad de capturar la belleza instantanea.