domingo, 28 de octubre de 2012

ya falta menos




Todos los años, desde hace unos cuantos, pasamos el día 1 de noviembre en nuestro querido Portugal. 
Fue por casualidad hace ya mas de ocho años, que sin saber que hacer en un día festivo y soleado, decidimos ir a comer, dar una vuelta y de paso ver el Atlantico desde el país vecino.
Para nuestra sorpresa, cuando empezaba a oscurecer, pudimos ver desde el coche lo iluminados y animados que estaban los cementerios en los pequeños pueblos por los que la carretera nos traía de vuelta. Decidimos parar y entrar en uno que se encontraba a la orilla del camino y nos quedamos enmudecidos por la intensidad y belleza del momento, la visión de las pequeñas lamparillas rojas, con una luz  ambiental que en nuestro pequeño país llamamos entre lusco e fusco. Desde allí se podía ver el mar, donde el sol ya estaba hundiendose en lo profundo y la noche iluminada por cientos de velas y gente que entraba y salía en silencio, pero sin tristeza, como una gran reunión familiar.
De tal manera quedamos prendados, que desde entonces es una cita obligada y así será este año. Será la primera que que llevemos al pequeño y disfrutaremos del momento, en un día en el que hay siempre alguien para recordar.
La foto, que ya puse hace tiempo, corresponde al primer viaje, ay, parece que fue ayer.

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